Antes de ser un cascarón silencioso, esta estación fue el latido metálico que conectó a León con el resto del país.
Ubicada en la calle Hacendado, paralela al Boulevard Timoteo Lozano, cerca del Parque Juárez, se encuentra, silenciosa y olvidada, en muchas ocasiones, ignorada, la vieja estación de tren de León. Eran unos terrenos que pertenecieron a las señoritas Antonia y Manuela del Moral y que los vendieron en 448 pesos de plata.
Desde el momento de la autorización por parte del Gobierno Federal al gobernador, el coronel Francisco Z. Mena de Guanajuato, en 1872, como lo dice un documento que me prestaron en el Archivo Histórico Municipal de León, color sepia, se concibió como un importante punto de comunicación, ya que, sin la estación, el Estado de Guanajuato estaría aislándose del resto de la República Mexicana.
Es en 1882 cuando llega el primer tren a León y queda nuestra ciudad comunicada con la capital, en un viaje de 6.24 pesos en tercera clase, 8 pesos en segunda clase y 12.50 en pullman o primera clase.
En 1884, se establece la comunicación con Ciudad Juárez, siendo otro destino de los destinos recurrentes. Aun hoy podemos ver una pizarra negra, en la que aparece el Boletín, con los viajes a Ciudad Juárez, el cual data de 1995:
Ésta estación, hoy vacía, estuvo llena de vida. Con el sonido del silbato ensordecedor que anunciaba la llegada del tren, lleno de personas que viajarían, pero también de quienes iban a despedirlas y a recibirlas. No podían faltar los vendedores ambulantes, algo que no tenemos que imaginar puesto que encontré una fotografía que nos refleja el contraste de hoy con el momento de su proliferación de viajes.
El viaje en tren a la Ciudad de México o a Ciudad Juárez, era cómodo, barato y rápido.
Sin embargo, en 1997 se privatiza el sistema de trenes en México, lo cual fue solo el principio del fin. Es así, que el 18 de febrero de 1998 el tren de León paró sus trayectos y sus viajes, dejando solo como recuerdo, esta estación.
Cuando tengas oportunidad, te invito a visitar la estación de tren, la cual, quizá, si vuelve el tren, no será una reapertura: será un regreso.