En el corazón de Ciudad de México y en el de Berlín se levantan dos monumentos que, sin conocerse, cuentan historias paralelas: el Ángel de la Independencia y la Columna de la Victoria.
Ambos celebran triunfos militares, ambos coronados por una figura alada, y ambos se han convertido en símbolos que superan su origen bélico. Hoy los ponemos frente a frente.
El Monumento a la Independencia.

Ubicado sobre el Paseo de la Reforma, se encuentra este imponente monumento, guardián de la Ciudad de México y que es testigo del tráfico, de las manifestaciones, pero también de la alegría ante un triunfo del equipo de futbol de México.
Construido por instrucciones de Porfirio Díaz con motivo de los festejos del primer centenario de la Independencia, se lo encarga al arquitecto Antonio Rivas Mercado.
No fue una labor fácil para el eminente arquitecto, quien tuvo que pedir apoyo de ingenieros para evitar el hundimiento de la columna, propio de la Ciudad de México, que fue fundada sobre un sistema de lagos con sedimentos blandos.
Mide 45 metros de altura y la victoria alada es de bronce, con una altura de 6 metros.
Fue inaugurado en 1910.
El Ángel de la Independencia se cayó el mismo año en que se cayó el avión en que murió Pedro Infante.
La modelo de la Victoria Alada de Antonio Rivas Mercado fue la costurera Ernesta Robles, quien en ese entonces contaba con 23 años de edad y a quien vio en un baile.
La Columna de la Victoria (Siegessäule).

Ubicada en el llamado Pulmón Verde de Berlín, el Tiergarten (jardín de animales, era un lugar de caza antes de Federico III lo estableciera como parque de ocio para el pueblo). Está situado en pleno centro de esta imponente ciudad.
Construido por instrucciones del emperador Gullermo I y del canciller Otto Von Bismark, fue encargada al arquitecto Heinrich Strack.
Mide 67 metros de altura y la victoria alada es de bronce, con una altura de 8 metros.
Fue inaugurado en 1873.
Similitudes.
Ambas victorias aladas están basadas en la diosa de la Victoria o Niké.
Ambas son columnas elevadas con una base dentro de una rotonda.
Ambas tienen una corona de laurel en la mano derecha.
Gracias a Napoleón III, que envió a Maximiliano de Habsburgo a México, se crea, por instrucciones de Carlota, el Paseo de la Reforma.
Gracias a Napoleón III, quien le declara la guerra a Prusia y pierde de manera inminente, siendo esta victoria por parte de Prusia la que llevaría a la unificación de Alemania. Este monumento conmemora las victorias prusianas contra Dinamarca, Austria y finalmente, Francia.
Por cierto, en una de las batallas decisivas de esa guerra contra Prusia, El Sitio de Metz, se rinde quien fuera mariscal de México durante el Imperio de Maximiliano, Achille Bazaine, de quien ya hablamos en la publicación de Pepita de la Peña, La Mariscala.
Cuando tengas oportunidad, visita el Ángel de la Independencia, quien hoy alberga los restos de varios de los próceres de la Independencia.
Fuentes consultadas:
https://historia.nationalgeographic.com.es/a/siegessaule-columna-victoria-berlin_20161
Rivas Mercado, A. (1910). Proyecto del Monumento a la Independencia. (Documento arquitectónico). Ciudad de México: Archivo del Instituto Nacional de Bellas Artes.

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